Las primeras veces que follé como chica gorda, me puse la sudadera de Superman de mi novio para que no se me viera el cuerpo. Tenía 16 años, usaba una talla 42 y era el año 2009, mucho antes de que se popularizara el movimiento body positive. Hoy tengo 26 años, uso una 48 y el tema de follar ha ido cambiado año tras año: a medida que aumentaba de tamaño, disminuían mis citas. Cuando te lías con otra persona corpulenta, los dos podéis frotarlos el vientre, agarraros de las carnes y disfrutar de ellas en privado. Pero, por lo visto, para la...