Los aviadores británicos y alemanes llegaron a extremos increíbles para ayudarse mutuamente en la Primera Guerra Mundial, advirtiéndose en ocasiones cuando estaban a punto de bombardear aeródromos o proporcionando fotografías de las tumbas tras dar sepultura a pilotos del bando contrario derribados en combate, caídos en territorio enemigo. Este extraordinario nivel de cooperación se ha descubierto durante una investigación del Imperial War Museum de Londres, destinada a la exposición del centenario del estallido del conflicto. Traducción en
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