Trastornos del estómago y la digestión, pérdida del apetito o hambre voraz, vómitos, náuseas, debilitamiento del sistema respiratorio, tos, ronquera, parálisis, debilitamiento del órgano reproductor hasta el punto de la impotencia, falta de libido, dolor de espalda, disminución de las capacidades intelectuales, pérdida de memoria, ataques de rabia, locura, idiotez, epilepsia, fiebre y finalmente suicidio.