Los nazis se inspiraron en el socialismo ético del filósofo idealista Johann Gottlieb Fichte (Rammenau, 1762 - Berlín, 1814), al que consideran el primer nacionalsocialista de la historia, formulado en su obra “El Estado Comercial Cerrado”. Interpretaron que el socialismo supone la subordinación de los medios de producción a los intereses generales de la comunidad nacional representada por el Estado, pero ello no implicaba necesariamente la nacionalización de los medios de producción y la abolición de la propiedad privada.