En 1754, el matemático francés Jean Le Rond d’Alembert propuso que todas las unidades de tiempo fueran divisibles por diez: Esta división daría lugar a cálculos mucho más fáciles y convenientes y sería muy preferible a la división arbitraria (…) del día en veinticuatro horas, de la hora en sesenta minutos, etc. En 1788, Claude Boniface Collignon, un abogado francés, propuso dividir el día en 10 horas, cada hora en 100 minutos, cada minuto en 1.000 segundos y cada segundo en 1.000 tierces. También sugirió una semana de 10 días...