“Si tu me dices ven, lo VENDO TODO.” Así debería titularse el bolero dedicado a aquellos intrépidos profesionales que, allá por los años 80, practicaban el arduo arte de la venta. Y es que en aquella España, donde el único AVE que conocíamos, era del que estaban hechas las pastillas de Avecren, dedicarse a la venta era sólo para valientes.