Queridas hijas, propias y ajenas. Vuestros padres comenzamos a fumar imitando a Humphrey Bogart y aprendimos a beber viendo a 007. Las estrellas de cine influyeron en nuestra forma de besar, bailar, pelear o ligar pero no nos enseñaron nada sobre sexo. Eso lo descubrimos como quien desentraña un misterio. De forma intuitiva, poco a poco, con la ayuda de algún libro clandestino y alguna revista manoseada del otro lado de la frontera.