Sarah Babiker lleva cinco años en Buenos Aires, tras haberse exiliado por la crisis. Si algún día consigue volver a España, sus dos hijas pequeñas vivirán su primera migración antes de ser capaces de entenderlo"Cuando se reveló que tanto edificio, puente y aeropuerto adornaban un sistema en quiebra, el país nos pegó una patada, la definitiva. Les sobramos"