Durante la época clásica (300 a.C.-250 d.C.), los griegos y romanos tuvieron contacto con rinocerontes, principalmente africanos, apareciendo ocasionalmente en los anfiteatros de Alejandría y Roma, peleando contra hombres y otras criaturas. El primer rinoceronte expuesto, según Ateneo (c. 201), lo hizo en una exhibición en Alejandría en el festival de Dionisio, coincidente con el ascenso de Ptolomeo II Filadelfo.