De todos los clásicos, mi favorito siempre ha sido, por encima de cualquier otro, El Jorobado de Notre Dame, un largometraje que en no pocos hogares ha pasado desapercibido ante pesos pesados de aquel tiempo como El Rey León. Sin embargo, a mí siempre me llamó poderosamente la atención por encima del resto de películas Disney. ¿Los motivos? Aquí expongo un puñado de ellos.