La Primera Guerra Mundial acabó el 3 de octubre de 2010. Ese día, coincidiendo con el vigésimo aniversario de la reunificación alemana, la canciller Angela Merkel abonó el último plazo que restaba de las indemnizaciones acordadas por las potencias aliadas en el Tratado de Versalles (1919). Había pasado casi un siglo. Noventa y un años de pagos, impagos, renegociaciones, condonaciones y cancelaciones, que alargaron las consecuencias económicas de la Gran Guerra hasta casi nuestros días.