Pues bien, aunque es probable que usted no lo sepa, porque la noticia apenas ha trascendido, Bascompte muda su laboratorio de la Estación Biológica de Doñana, en Sevilla, a Zúrich, donde una universidad le ha ofrecido lo que las instituciones científicas españolas no quieren darle: un sistema libre de las "restricciones burocráticas y los mecanismos anticuados que impiden a la ciencia española competir en el exterior". Se marcha cansado de darse "con la cabeza contra un muro"