La computación cuántica, la que se basa en las cualidades físicas de los elementos en una escala atómica, promete revolucionar los modelos de ordenador, pero la clave, el qubit, permanece inasible. El problema es que este elemento, debido a su escala atómica, es tan volátil que no se consigue mantenerlo el tiempo suficiente para hacer funcionar un ordenador de manera viable. Su gran ventaja está en que a las dos posiciones habituales de los bits, el 1 y el 0, añaden una tercera que es 1 y 0 a la vez. En teoría, esta nueva cualidad posibilitaría