En este artículo publicado en Environmental Pollution, los autores repasan la evidencia que liga la exposición a radiación no ionizante con diferentes efectos biológicos negativos, cuando no tiene suficiente intensidad para calentar tejidos. Critican la postura de la OMS, alejada de la evidencia científica actual, que sugiere que este tipo de radiación debería considerarse cancerígeno probable (2A) o seguro (Grupo 1) en lugar de posible (2B). La OMS evalúa mediante un comité perteneciente en su mayoría al ICNIRP, vinculado con la industria.