—Usted se ha caracterizado siempre por escribir contra todo lo que lo que hoy se considera sagrado (la Democracia, la Ciencia, el Individuo, la Paz...) y por estar en contra de todo aquello que la sociedad actual considera obligatorio: el trabajo, el automóvil, la televisión, los deportes, Hacienda, la felicidad... ¿Por qué es el NO tan importante?