Heitor Villa-Lobos (1887-1959) es en muchos aspectos un compositor aún por descubrir fuera de su país, Brasil, donde ya en vida era una gloria nacional. Moverse por su prolífica producción (su legado alcanza las 1.000 obras) es un poco como explorar la selva amazónica. Su catálogo guarda numerosas piezas de gran valor e interés que, salvo casos muy concretos (su música para guitarra, por ejemplo, o Bachianas brasileiras nº 5), no tiene la difusión que merecería.