Un equipo internacional de investigadores, con participación del (CSIC), ha reconstruido la historia evolutiva de seis venenos de serpiente, cada vez más potentes. Según este estudio, las toxinas de los venenos de serpiente han evolucionado hacia versiones más potentes y selectivas Actúan destruyendo el sistema muscular, alterando el sistema cardiovascular y los sistemas nervioso central y periférico. Esta evolución ha dificultado desarrollar un antídoto útil para todas las especies.