Plaza de México, la más grande del mundo: 45.000 espectadores acudieron a la plaza. El toreo es más una religión que un deporte, más sacrificio que matanza, un ritual del mundo antiguo. Entre los faraones de Egipto, las tribus nómadas del Levante, los anfiteatros cretenses y griegos, los toros eran deidades. Para los animalistas, el toreo debería abolirse en los sitios que aún celebran la fiesta: el sur de Francia, España (con la excepción de Cataluña), Portugal, Perú, Colombia –salvo en Bogotá–, Ecuador, Guatemala, Venezuela y México.