La "Orden 227", firmada por Stalin, fue una disposición que establecía, entre otras, que todo aquel soldado soviético que se retirase sin el permiso expreso del alto mando sería disparado sin juicio previo. Había que luchar hasta la muerte para que la Madre Rusia venciese sobre la Alemania nazi, costase las vidas que costase. Todo el que huía del enemigo era considerado un cobarde y un traidor, y por ello merecía la muerte. Era una orden que dejaba claro hasta donde podía llegar Stalin para derrotar a Hitler.