Teorías elaboradas a lo largo de los siglos, tanto filosóficas como científicas, nos recuerdan que la especulación más radical forma parte del método científico. Son precisamente los saltos especulativos como los de Demócrito (o Zwicky, o Turing, o Lemaître, o Einstein), las desviaciones en el pensamiento establecido de cada época, las que, a menudo, años o siglos más tarde, acaban desarrollando nuevas teorías que nos ayudan a explicar y entender un poco mejor lo que nos rodea.