Por lo tanto, y según el Misal, el gesto de los fieles durante la consagración será estar de rodillas, "a no ser que lo impida la enfermedad o alguna otra causa razonable" -la estrechez del lugar, la aglomeración de la concurrencia, etc.-, de manera que "quienes NO se arrodillen en la consagración, harán una profunda inclinación mientras el sacerdote se arrodilla después de consagrar". Luego, cuando vamos a tomar la comunión, obviamente no podemos coger el Cuerpo del Señor nosotros de la patena o de los copones, sino que nos lo tienen que dar