Entre 1927 y 1930, el padre jesuita belga Georges Lemaître propuso, sobre la base de la recesión o alejamiento de las nebulosas espirales, que el Universo estaba comprimido en un pequeño punto, que él llamaba el ‘átomo primordial’, y que dio lugar a todo lo que conocemos ahora, incluido el espacio y tiempo. Él llamaba a este principio de los tiempos el ‘día sin ayer’.En 1924 el astrónomo Edwin Hubble descubrió que ciertos objetos astronómicos conocidos entonces como “nebulosas espirales” eran en realidad otras galaxias (en aquella época...