Te habrá pasado más de una vez: algún pensamiento o idea llevaba atascado en tu cabeza durante un tiempo y de repente, mientras te duchas... ¡Eureka! ¡Eureka!. De hecho, esa misma expresión se le atribuye a Arquímedes al descubrir, mientras se estaba bañando, que el volumen de agua ascendido era igual al volumen del cuerpo sumergido. Pero ¿por qué ocurre?