Si entre tanto discurso, tanto debate, tanta noticia y tanta encuesta en esta larguísima campaña electoral que ya estamos padeciendo, dispone de unos breves segundos, permítame que le relate una antigua anécdota que ya creo haber plasmado en algún que otro artículo, pero que debido a las actuales circunstancias de nuestro desquiciado territorio, considero no necesario pero si conveniente recordar.