La imagen gráfica que tenemos de la piratería caribeña obedece a la romántica que han dejado las novelas de aventuras de Stevenson, Salgari y Scott, y al cine hollywoodiense clásico (que se basaba también en los anteriores). Por esa razón el prototipo del pirata es blanco y anglosajón. Sin embargo, los historiadores nos explican que quienes se dedicaban a aquella profesión eran de muchas nacionalidades y además, cosa generalmente obviada, multirraciales. Y, por supuesto, hubo piratas de raza negra.