No hace mucho, dentro la polémica independentista catalana, los periodistas rescataron un artículo escrito por Oriol Junqueras, líder de ERC, en el que decía que los catalanes tenían mayor proximidad genética con los franceses que con los españoles. Obviamente, a los que nos dedicamos a las lenguas, este tipo de cosas siempre nos despierta el apetito de corroborar filológicamente semejantes afirmaciones, al margen de polémicas de todo tipo. Al fin y al cabo, la genética de un idioma es un espejo de la historia donde se reflejan realidades.