En 1934, durante la Revolución de Octubre, la Universidad de Oviedo quedó reducida a ruinas. El fuego destruyó todo su patrimonio: biblioteca, archivo, colección de pinturas y material de enseñanza. Retomar la docencia y la vida académica supuso un enorme esfuerzo que se inició con la reconstrucción del edificio, truncada de nuevo por el estallido de la Guerra Civil. Finalizada la contienda, y retomando una actividad universitaria rutinaria, el claustro consideró necesario amueblar y decorar salas y despachos.