Que una biblioteca tenga más de dos millones de seguidores en Twitter nos devuelve la fe en la humanidad y el interés por la cultura. Pero el trabajo de la biblioteca neoyorkina en redes va más allá de publicar
#tbt, sino que además se ha implicado en la promoción de la lectura hasta el punto de adaptarla al consumo en redes. Así, con el objetivo de adaptar su función de interés público a los nuevos tiempos, y de acercarse también a las nuevas generaciones, comenzará a adaptar distintos clásicos de la literatura al formato de Instagram.