Muchos animales comienzan a desarrollarse en el interior de un huevo o el cuerpo de la madre, aparentemente aislados del mundo exterior. Sin embargo, los embriones de algunas especies, incluido el ser humano, pueden percibir y responder a estímulos externos. Un nuevo estudio en gaviotas ha revelado que los embriones de las aves espían las conversaciones de sus padres. ¿Qué información consiguen? ¿Cómo influye esto en el desarrollo de los polluelos?
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