Hechos como la exploración de la costa africana o el descubrimiento de América, es decir, el conocimiento del mundo mediante los descubrimientos realizados por los navegantes fueron posibles, de un lado, por los avances en la construcción naval (timón de codaste, buques redondos) y de otro, por los instrumentos necesarios para conocer la posición de un barco en el inmenso océano: matemáticas aplicadas a las necesidades de los navegantes. Estos aprendieron a discernir con bastante precisión la latitud en la que se encontraban, pero para saber con exactitud la otra coordenada que les daba su posición en el mar, la longitud, hubo que esperar hasta que se construyeron relojes precisos. Esto nos da una idea tanto del atrevimiento de aquellos navegantes que se aventuraban en el mar medio a ciegas como de lo peligrosa que fue la navegación durante siglos. El arte de llegar a puerto. Matemáticas y navegación desde la antigüedad hasta el siglo XVII, nos muestra la imprescindible relación de las matemáticas con la navegación de nuestros antepasados y nos explica e instruye en la cultura matemática que usaron. Así, astronomía, matemáticas y navegación se nos muestran estrechamente unidas.
Artículo del profesor García Cruz, del Departamento de Análisis Matemático de la Universidad de La Laguna, Tenerife.