Si prefieres ver y escuchar a leer puedes informarte a través de este vídeo (11 minutos).
Contexto
Situémonos. Necesitas comprar un teléfono móvil, aunque podrían ser unos cascos o hasta una aspiradora. Si no estás al tanto de la evolución del mercado —y esto es algo que requiere un esfuerzo que ha llegado a convertirse en profesión— necesitas algún consejo en el que apoyarte para no dejarte desbordar por la ingente oferta. Puedes, como toda la vida, tirar de algún amigo o conocido que sepa. O puedes buscar en internet.
Si lo haces, y lo haces usando Google, al principio de la página te saldrán miniaturas de unos cuantos vídeos, en los que personas que aparentan ser unos aficionados a la tecnología te cuentan las bondades (sobre todo) y los defectos (menos) de los distintos dispositivos. Parecen unos aficionados a la tecnología que comparten con entusiasmo su conocimiento porque es lo que pretenden parecer, porque es lo único que te pueden ofrecer: algo para ganarse tu confianza, para que les creas a ellos. Y veas su vídeo, les hagas caso -o no-, YouTube recuerde que has visto ese vídeo, te sugiera otros de su cuenta...
Es algo notorio que YouTube tiene anuncios, y resulta lógico pensar que comparte de alguna manera estos beneficios con quienes suben vídeos. En realidad, no con todos, sólo con aquellos que lo piden -y que cumplen ciertos requisitos. A esto se le llama monetizar el vídeo, y los que suben el vídeo pueden elegir cuántos anuncios poner, en qué instante y YouTube se lleva una parte de lo que ingresan.
Lo que no resulta tan evidente a primera vista es que buena parte de estos youtubers se han profesionalizado: Cobran tanto de las marcas que producen los dispositivos como de las tiendas que recomiendan (y a las que enlazan en sus vídeos, si se da el caso, con código de referencia, para ganar unos euros más con tu compra). Cobran dinero y cobran en especie: viajes, teléfonos de regalo, teléfonos en préstamo para poder hacer vídeos con ellos y así mantener el canal a flote. De hecho, es algo tan obvio que incluso llegan a crear empresas para ofrecer sus servicios, así, mostrándote el número de personas a las que dicen llegar.
Este fenómeno es relativamente nuevo. Como tiene financiación, tiene potencia, pero no ha podido desplazar al original de la plataforma. Me refiero al tipo que se graba un vídeo en su casa, lo sube a su canal y después se va a su trabajo. Obviamente, competir en números con empresas que se gastan dinero en publicidad es complicado, pero el buen quehacer acaba por ajustar tímidamente la balanza.
Como uno de estos últimos se reivindica Deivid Morganson, un peculiar YouTuber que rompe con la estética habitual de vídeo en formato selfie, en una habitación/decorado, rodeado de gadgets y posters más 10 planos y contraplanos del teléfono. Sus vídeos contaban, como mucho, con su voz, también lejos del tono pastel que impera en las cuentas profesionales. E información, mucha información. Sobre todo información. Sin monetizar.
Antecedentes
En sus vídeos había también reseñas de teléfonos -no tantas-, pero también tutoriales (tipos de protectores de pantalla, cómo ponerlos, cómo cambiar la rom de tu dispositivo, cuál escoger, etcétera) y un tercer tipo de vídeos nada habitual, los que hacía con la buena costumbre de cuestionarse las cosas y compartir sus reflexiones.
Caso BQ
En noviembre de 2018, Deivid publicó un vídeo sobre el BQ Aquaris X2 PRO. Largo, con su voz hablando sobre una cámara grabando el teléfono y algunas dispositivas con información. En el iba desgranando la experiencia de uso del teléfono, contrastándolo con otras reseñas a las que acusaba de estar pagadas, los fallos en la pantalla... Y el descubrimiento de que el chasis del teléfono no se corresponde con el metálico que anunciaba la marca. La cosa petó, le echaron de HTCmanía y la empresa sacó un comunicado. Ante la presión, Deivid cesó su actividad en el canal y no se supo mucho de él hasta pasado un tiempo.
A principios de este año, volvió a abrir su canal y a compartir el mismo tipo de contenido: comparativas, tutoriales y... vídeos de denuncia:
Caso Dflow
Hace unos pocos meses, Deivid denunció que una marca de auriculares española no cumplía con las certificaciones correspondientes, y no lo hacían porque básicamente eran auriculares comprados en Asia al por mayor con modificaciones meramente estéticas... y un precio, en venta final al consumidor en ambos casos, de en torno al 350%. La empresa resultó ser de un youtuber profesional español, 'Android from China'. Aparecieron unos terceros cascos idénticos en Amazon, por un precio intermedio (más cercano al asiático), que resultaron ser los originales y que sí incluían algunas diferencias a nivel de hardware.
Caso Achocom
Hace escasos días, una serie de youtubers tecnológicos hicieron, al tiempo, promoción de una misma tienda: Achocom.net. El mismo día, Deivid publicaba un vídeo (espejo) en el que advertía sobre las condiciones abusivas que la tienda anunciaba en un discreto apartado de su web. Una simple búsqueda en Google confirmaba que no se trataba de un simple enunciado, sino que efectivamente, incumplían la legalidad vigente en lo relativo al derecho de desistimiento, su gratuidad e incluso había quejas por la ausencia de factura en la transacción.
Reacciones
Cierre de atención al cliente: La tienda cerró cualquier canal de comunicación durante casi una semana.
Directo de ECG: El Camionero Geek, uno de los youtubers que había patrocinado en la promoción conjunta y que -como el resto- no había sido mencionado en el vídeo de Deivid, emite un vídeo en directo respondiéndole. En dicho vídeo afirma que las prácticas de Achocom son legales porque 'han pasado una inspección', 'el corte inglés y the phone house también lo hacen' y que si has abierto el teléfono 'te jodes'. También decía que a él no le afectaría el cierre de la empresa, algo muy curioso cuando es pública la cantidad de promoción que coloca de la tienda, incluso aunque sea en vídeos que hablan de otras tiendas y productos. En él, también avisa a Deivid Morganson de la incomodidad que producen sus vídeos y menciona la posibilidad de que le quieran 'hacer pupa' (sic).
Desmontando argumentos y denunciando amenazas: En lo relativo a las condiciones de Achocom, parece que no había mucho que discutir:
Pero es que además de desmontarlo todo, Deivid denunció que le habían hecho llegar un audio, supuestamente del dueño de la empresa, por el que -no sin motivos- se sentía amenazado.
Petición de denuncias al canal a sus seguidores
La respuesta no se hizo esperar. El Camionero Geek pidió desde varios foros (Twitter, Telegram) a sus seguidores que denunciaran espúriamente el canal de Deivid. Alegaba copyright e incitación al odio. Una campaña a la que, según el propio Deivid en su canal de telegram, se habrían sumado otras cuentas pertenecientes a la misma empresa matriz (JustUnboxing) más otra gran cuenta de YouTube (TopesDeGama).
Borrado de vídeos y cierre del canal
Para regocijo (temporal) de la empresa, consiguen su objetivo y los vídeos y el canal son eliminados por Youtube. En ese momento, Deivid habilita un canal de Telegram para poder seguir comunicándose.
Amenaza legal
Llegamos al momento más esperpéntico de toda esta sacudida de la industria publicitaria en Youtube: la simulación de notificación en diferi... No, en serio. Una amenaza legal, de estas que saben mandar los abogados, comunicada por ¡un vídeo en Youtube! A estas alturas parecía claro que al volante de ese camión iba ahora la buena de Streisand.
Entre la larga retahila de cosas que le avisan de que podría quizás estar incumpliendo, consta una revelación de secretos, en relación al audio que la empresa le hizo llegar a Deivid. Tiene coña el asunto, dado que el audio fue filtrado por él mismo.
Borrado de la cuenta de la empresa en Google, para invisibilizar quejas con años de antigüedad de clientes.
Algunas reflexiones y fuentes
En mi opinión, lo más positivo de todo esto es que la tapa de la mierda ha saltado a la vista de todo aquel que quiera mirar, el negocio de la publicidad encubierta en YouTube está más expuesto y la credibilidad de los que se dedican a ella, cayendo. Y también me parece especialmente positivo el mensaje que lanza el propio Deivid, descargándose de un supuesto papel heróico y remarcando dos aspectos: Uno, que no es nadie especial, que si te gusta lo que hace o te parece injusto lo que le está pasando, lo hagas tú también. Y dos, un llamamiento constante al espíritu crítico, a la investigación, al contraste de informaciones. A una tabla de flotación vital para sobrevivir en un mundo en el que incluso la opinión que pueda parecer más trivial también puede estar a merced del dinero.
En principio, soy bastante ajeno a todo este mundo, pero he reconocido en todo este asunto un combate por la verdad entre empresas y consumidores y una actitud y unos principios que me gustan y a los que me sumo.
Todas las imágenes están sacadas de su canal de Telegram o de su drive. Las afirmaciones sin respaldo documental, que no ha sido incluído en el artículo por cuestión de economía del espacio, lo encuentran en estas mismas fuentes.