¿Vuelan las brujas en cepillo?

4 de octubre de cualquier año. El inicio de la navidad de El Corte Inglés espera a la vuelta de la esquina como buena mierda de perro, de dueño madrugador y traicionero, con la que tu suela del zapato se fundirá en una por mucho que tu espíritu positivo se empeñe en que tengas un día feliz y productivo.

¿Qué nos espera pues, como cualquier objeto que cae dentro del horizonte de sucesos de un agujero negro? Ya que el espacio y el tiempo intercambian roles, y la singunavidad es un punto en el futuro, no hay escapatoria a cenas de empresa, rojo pasión y dorado gitano, jerseys maravillosos, las canciones edulcoradas de Mariah Carey, turrones para ti y tus “tú” de veinte universos paralelos, sesudas reflexiones de última hora sobre la lista de “los 10 artículos de Amazon con los que sorprender esta navidad [actualizado 2023]” … y, cómo no, las imperdibles conversaciones familiares sobre lo mal que va todo y lo peor que puede ir.

Así que, chavalería, os presento una propuesta que aliviará tensiones y os permitirá tomar unas copas más de ese gustoso reserva, que ha traído vuestro tío de Valladolid, sin temor a que se os abra la bocaza y descubran (redescubran, no nos engañemos) lo rojeras y antisistema que eres y la cojera ya incurable que calzas en esa zona izquierda de tu cuerpo.

¿Y cual es esa propuesta? Pues no es ni más ni menos que sacar a debate cosas nimias, con las que seguro discutirás, pero que difícilmente llegarán a espacios personales que arruinen el momento que, inexorablemente, se repetirá el año que viene volviendo al primer nivel con las 3 vidas en un reset de la Nintendo NES sin haber guardado la partida.

Hoy os traigo mi favorito entre favoritos, el tema que ha roto familias y ha separado a madres de hijas, a hermanas de hermanos, y ha conseguido que tu cuñado, por una vez en su vida, busque respuestas en google y Amazon en vez de usar argumentos de un vídeo de Facebook y los comentarios de noticias de elmundo.es

¿Cómo se llama eso con lo que barres el suelo?

Las respuestas os sorprenderán y disfrutaréis viendo cómo se crean dos bandos bien diferenciados que lucharán con uñas y dientes por desacreditar al contrario, durante minutos y minutos, llevándose entre medias decepciones al ver cómo progenitores o descendientes se posicionan en contra pese a la tradición familiar de llamar a dicho elemento de una forma o de otra.

Termino dejando el debate abierto al personal, a modo de entrenamiento de cara a las cenas familiares, puesto que, aunque parezca un debate vacío, es mejor estar preparado porque lloverán argumentos. Y mejores así, ya que con champagne, vino y licores varios será difícil mantenerse suizo y no abandonar esa posición neutral que te proporciona haber arrancado el debate.

¡feliz navidad a todos!