Durante mi etapa de estudiante he pasado por 4 universidades distintas (públicas y privadas), en las que estudié dos carreras y dos másters y, ahora, ando haciendo el doctorado.
Escribo este artículo desde mi experiencia, relatando cómo he visto cambiar la universidad durante los últimos años partiendo de una época en la que había gente en la cafetería y un tablón lleno de suspensos a otra, en la que no hay nadie jugando al mus y en la que todo el mundo aprueba por inercia.
- El Plan Bolonia
El Plan Bolonia consiste en si calientas la silla avanzas y si quieres compatibilizar la Universidad con un trabajo estás jodido, aunque estudies.
Con la llegada del Plan Bolonia los exámenes han perdido peso. Son todo trabajos en grupo. Que si un punto por calentar silla (un 85% de asistencia), otro punto por un copia y pega de la Wikipedia y dos blogs en PDF, y otro por un PowerPoint cutre proyectado y comentado en clase. El caso es que la gente, haciendo trabajos de mierda, avanza en las carreras a curso por año. Incluso algunos ni tienen que hacer el trabajo, sólo tienen que meterse en un grupo de gente que los haga y ponga su nombre. Lo único que hay que hacer para aprobar es calentar la silla.
No todo el mundo puede calentar la silla. O tienes disponibilidad para estudiar o, si trabajas, te será difícil asistir a clase, por lo que no vas a poder aprobar con el examen como hace años. Que sí, que ahí está la UNED...
El caso es que cada vez veo gente menos preparada, gente que aprueba sin tener ni puta idea de nada. Da igual que saque un 3 o un 2 en el examen que ya compensa con el trabajo en clase.
- El temario obsoleto
Muchas carreras tienen temarios obsoletos impartidos por momias que, desde la tarima, recomiendan a sus alumnos que lleven las materias al día, para que no les pille el toro...
Aprender cosas obsoletas en un mundo tan cambiante no aporta nada al alumnado, pero facilita que el profesor pueda vivir de una forma más cómoda.
Luego la gente se queja de que ha estudiado algo y no lo contratan en ningún sitio. Normal, si no puede aportar valor... le tocará aprender por su cuenta, montarse su portfolio, intentar trabajar gratis para conseguir experiencia, etc...
- La mano de obra gratuita
Conozco gente que, tras haber estudiado un MBA, se ha ido al Decathlon de prácticas a doblar camisetas. Y también el caso contrario, un directivo de una importante compañía aérea que se vio en problemas de burocracia para no hacer las prácticas. A veces hace falta algo de sentido común, pero en este caso es bastante gracioso el tema porque para que la universidad le reconociera las prácticas del MBA tendría que dejar su trabajo de directivo y entrar a trabajar como becario de directivo para aprender a ser directivo. Y sí, uno de los requisitos de las prácticas es que no fuesen remuneradas. El mundo al revés.
Si una empresa contrata a un becario y el becario no consigue aprender a hacer algo que aporte valor (y muchas veces ni le dan oportunidad) ya sabe que en el futuro no lo van a renovar, lo van a sustituir por otro becario de la universidad.
Debería de haber más control en las empresas que optan a becarios universitarios. Si se ve que van cambiando unos por otros, sin aportarles nada, pues descartarlas. La idea de tener un becario es enseñarle de cara a darle un puesto de trabajo, y no tenerlo ahí, sin pagarle siquiera el transporte, como mano de obra gratuita que envía la Universidad.
Pero claro, a las Universidades les compensa decir: "Ven, estudia este Máster, que luego ya te colocamos en una empresa en prácticas". Y la gente sigue picando.
- La depreciación de los títulos
Hoy quien tiene un título universitario es como quien tenía la EGB hace años. No valen de mucho, no te distinguen en nada, todo el mundo los tiene. Y el que no, ¿a qué espera? Ahora los regalan. Ya no hay gente en cuarta o quinta convocatoria, todos avanzan en grupo a golpe de trabajitos en clase.
- La tecnología obsoleta
Se han gastado grandes cantidades de dinero para informatizar las Universidades. Pero siempre van un paso por detrás. Muchas no tienen ni web adaptada a móviles a más de 10 años del lanzamiento del iPhone.
Al final, lo que se usa, es el Moodle, que tiene un montón de opciones colaborativas pero se quedan en un tablón donde el profesor sube apuntes y recibe trabajos. Y ya.
Esto es debido a que se gasta el dinero en objetos y no en la formación del profesorado. De qué te sirve un proyector 4K en el aula si el profesor no sabe ni encenderlo, y si lo enciende va a poner un power point. Para eso, podría seguir usando diapositivas de toda la vida.
- El fin de las ciudades universitarias
Parece que todo el mundo quiere estudiar en la puerta de su casa, por eso mismo durante los últimos años muchas ciudades históricas universitarias han ido perdiendo gente: Salamanca, Santiago, Granada... Se van abriendo universidades en todos los sitios para que todo el mundo esté contento.
¿Queréis otra universidad de Medicina? ¡Claro! ¡Genial, porque así podremos formar a más médicos de los que van a encontrar trabajo el día de mañana y que además no van a poder trabajar en otra cosa! Que sus familias gasten sus ahorros en pagarles los años de estudio para que vayan directos a la cola del paro.
Me parece una pena que estas ciudades de estudiantes cada vez vayan a menos. Ser estudiante era una buena experiencia, con las partidas de mus, los suspensos, las noches antes del examen, los amigos de la cafetería, el profesor cabrón, etc. Ahora ya no hay nada de esto, ahora la universidad es un recinto que quien va sale con el título. Sólo tiene que esperar.
La Universidad de antes también tenía sus defectos, pero no salían de ella tantos tontos con título. Algunos quedaban en el camino pero al menos lo pasaban mejor.