La subida del combustible y los que vivimos en el campo

Yo lo tengo claro: llegaré con la furgoneta a atender pueblos hasta donde la rentabilidad lo permita. Si me suben el precio del combustible, muchos pueblos quedarán fuera de mi ruta, y si los que quedan no producen lo suficiente, tendré que dejarlo y buscarme otra cosa, o pasarme a la economía sumergida.

Un sargento de la Guardia Civil, de un puesto de por aquí, me dijo hoy mismo que echara gasóleo agrario en la furgoneta, que ellos no se iban a enterar. Casi me juró por su madre que no se iban a enterar. ¿Cómo estarán las cosas en el campo cuando los guardias te señalan la puerta del fraude y casi te garantizan que harán la vista gorda?

Pero es que los guardias viven aquí, no como esos bolcheviques clorofílicos de Madrid que llaman impuesto verde a lo que sólo es la enésima puñalada a los que no vivimos en las grandes ciudades.

Los guardias tiene que ir a la capital de provincia, o a la de la cabcera, y tienen que llevar a los padres al médico y a los hijos al colegio. Viven por aquí, repito, y no van a colaborar a que acaben con nosotros, lo ordene quien lo ordene.

¿Y qué decir del turismo rural? Escribo desde la provincia de Zamora. El destino más visitado de la provincia es Sanabria, con su lago, etc, pero hay algunos más que son populares entre los urbanitas para tomarse un descanso. ¿A qué distancia quedan de una ciudad de trescientos mil habitantes, que son las principales emisoras de turistas? ¿Trescientos kilómetros? ¿O son cuatrocientos?

Imaginad una casa para 10 personas. Son tres coches, desde Madrid. ¿Sabéis lo que va a pasar con ese turismo cuando el combustuible se encarezca y haya que pagar por las autovías? Que tendrá que cerrar, y que una de las pocas actividades que daba un poco de vida a los pueblos se volverá ruinosa. Y que no valdrá la pena rehabilitar casas. Hasta traer paquetes será más complicado.

Cuando el anormal de Sánchez dice que para 2050 no habrá coches privados y nos moveremos todos en bicicleta, lo que dice en realidad es que viviremos todos en una colmena, al alcance de su látigo.

Pero el caso es que algunos vivimos en el campo y no tenemos chófer, Señor Presidente. ¿Piensa convertir los pueblos en colonias ciclistas penitenciarias a las que enviar a los disidentes?

¡Anda a tomar por culo!