¿Qué es la ciencia?

Muchas personas en el mundo han acudido alguna vez a la medicina homeopática en busca de algún remedio para sus dolencias. Un remedio que quizás la medicina establecida y científicamente fundada no ha podido o no ha sabido darles.

El principal punto débil de la homeopatía, cuando es analizada desde la química, es la de las diluciones infinitesimales de principios activos peligrosos o incluso mortales como el arsénico o la bacteria causante de la tuberculosis. Son muy frecuentes las diluciones de 10^-30, que con un sencillo calculo usando el numero de Avogadro muestra que para esa dilución, y asegurarnos de tomar una sola molécula del principio activo, habría que ingerir centenares de litros del preparado homeopático.

Por otro lado, está la parapsicología que es el estudio de los fenómenos sensoriales que exceden a capacidades humanas como la psicoquinesia.

La homeopatía y la parapsicología son dos ejemplos de una larga lista de disciplinas que se proclaman como científicas, o al menos con capacidad para producir un conocimiento fiable como el de la ciencia.

Las definiciones habituales en diccionarios, ensayos y libros suelen limitarse a la ciencia entendida como producto y sus resultados tecnológicos y no como filosofía. Y es que la característica más importante al conocimiento científico sea la de su obtención mediante un método propio que garantice su objetividad y consenso en una comunidad científica. La objetividad se conseguiría por medio de la supresión del punto de vista individual a través de la crítica intersubjetiva basada en el seguimiento correcto de las normas metodológicas. Es central para este propósito que exista la posibilidad de que otro investigador cualificado sea capaz de reproducir los resultados alcanzados por un científico cualquiera.

Por su parte, el consenso estaría facilitado precisamente por la común aceptación de métodos estrictos de contrastación y revisión de las diferentes propuestas.

Cada disciplina científica constituye un modo distinto de hacer ciencia adaptando sus propias necesidades a las características generales antes mencionadas. Por ejemplo, la definición antes mencionada no encaja con las ciencias formales, compuestas de lógica y matemática, ya buscan una verdad lógica usando objetos abstractos ideales para sus demostraciones y estas demostraciones están restringidas por las ciencias empíricas (quizás sea por ello por lo que no tienen premio Nobel). Pero incluso dentro de estas, son las ciencias naturales (física, química, biología, bioquímica…) las que mejor encajan en la definición mencionada, y aun así hay temas controvertidos como si la biología tiene o no leyes.

Por otro lado, están las “Ciencias” Humanas y Sociales (sociología, economía, psicología…) que buscan explicar fenómenos humanos acudiendo a leyes causales. Pero aquí hay un problema y es que la única forma de compresión de estos fenómenos sólo se puede hacer desde dentro de la humanidad y es que el objetivo de compresión del significado de las acciones de los seres humanos son lo que son en virtud de que los agentes y los receptores de estas son los que atribuyen su significado. Y aunque las acciones humanas obedezcan a la razón, y por tanto puedan ser extrapolables a conceptos matemáticos, y no (o no solo) a causas, considero insuficiente calificarlas como ciencias ya que es imposible hacer un estudio externo de las mismas y limitaría el carácter de objetividad antes mencionado.

Un saludo de un científico que ama la economía y la política antes de mi curro de mierda.