Os dejo aquí un interesante y preocupante editorial de Science. Habla de un problema del que aún no hay información, la coexistencia entre la gripe y la covid. Porque ya sabemos que la gripe comenzará allá por octubre-noviembre como todos los años, y es preocupante saber cómo afectará este hecho con la actual pandemia de covid (que recordemos sigue creciendo a nivel mundial en cuanto al número de nuevos casos diarios).
Y es especialmente preocupante el miedo y la psicosis que pueda levantar esta coexistencia gripe-covid en la población (añadiendo también los resfriados comunes). Cuando veamos en cada esquina gente con síntomas gripales o catarrales y sepas que el coronavirus también anda por ahí la sensación será de pánico e inquietud (estrés) constante (más aún cuando la gripe alcance su pico en enero-febrero). Cualquier persona con síntomas va a ser creo, literalmente un "apestado". Las bajas laborales por resfriado común y gripe serán la norma (cuando antes eran la excepción). Es posible, además, que el consumo se relaje mucho en otoño e invierno de nuevo, esta vez posiblemente debido a mini-confinamientos autoimpuestos por una población aterrada. Incluso sin una segunda oleada covid demasiado fuerte.
Y por otra parte está el miedo de la propia persona que presenta síntomas. "¿Tendré coronavirus?", será la pregunta que todos los acatarrados y personas con gripe se harán: las consultas ambulatorias (y hospitales) se verán desbordadas posiblemente desde octubre con cientos de miles de personas exigiendo que les hagan un PCR...y repitiendo a los pocos días si los síntomas no mejoran, a sabiendas de que los falsos negativos son posible (y probables al inicio de la infección). Si ya en años previos "normales" la gripe estacional casi lograba ella sola medio colapsar los recursos sanitarios en toda España (recordad esos telediarios mostrando a la gente en camas en los pasillos del hospital); la entrada del covid en escena, junto con la paranoia psicológica y el miedo, conseguirán casi con toda probabilidad que vivamos de nuevo situaciones de colapso similares (o peores) a las de marzo de este año:
Peregrinación de centro en centro cuando falten PCR en algunos lugares; gente sintomática con gripe, catarro y covid (y otras patologías distintas) juntas en el mismo lugar pidiendo atención médica e intercambiando gérmenes. Un caos, vaya.
Un importante foco de ansiedad estará presente en todos los trabajadores que estén cara al público: dependientes, camareros, etc. Por no hablar de la situación en las residencias de mayores, donde los trabajadores acabarán la mayoría pidiendo la baja por estrés, ansiedad y depresión ante la situación de terror ocurrida cuando la mayor parte de los abuelos presenten síntomas (como todos los años). Y no hablemos ya de los colegios: padres (y profesores) inquietos y recelosos de cualquier niño con mocos. Peleas entre progenitores defendiendo que sus hijos no tienen covid sino resfriado. Familias que no pueden permitirse tener al niño en casa cada vez que presente algún síntoma catarral porque trabajan, ocultando o minimizando por tanto esos síntomas, etc.
Queda por delante un otoño-invierno que acabará en los anales de la historia...independientemente de que la segunda oleada covid sea fuerte o no.