A propósito del porno dibujado

La mayoría consumimos porno, o acaso se prefiere algo más erótico. Muy pocos pueden asegurar que no consumen pornografía, pero aún no he conocido a nadie con esas características. Hay mucho mentiroso por ahí suelto.

Si ahora mismo enlazara un dibujo simple, muy sencillo, de unos pechos femeninos o un pene, ¿excitaría a alguien? Pues, sí, habría alguien, aunque fuese un pequeño porcentaje, que en su mente lo relacionaría con unos órganos sexuales reales y comenzaría a segregar las hormonas correspondientes a la excitación. Que se pondría a tono, vamos, y cuando más realista y cercano a la realidad ese dibujo, más rápido y efectivo. Entonces el porcentaje de personas a las que les excitaría un dibujo iría aumentando en proporción a la calidad del dibujo.

O no. Quizá no hace falta tanta elaboración para excitar. Analicemos.

De las webs más comunes y que más beneficios producen son las páginas porno. Se consumen a todas horas, de todo tipo y siempre bajo los mismos sistemas. De entre ellas, hay un porcentaje de porno dibujado, sobre todo del conocido Hentai japonés.

Cada web de normal viene ordenada por secciones según los gustos del visitante. La pornografía heterosexual es la más común, seguida de la homosexual que ha obtenido un crecimiento digno. Después ya vienen los fetiches y las combinaciones de según quién con quién o el qué con tal. Ya se sabe que si interracial, tríos u orgías, amor por los pies u otras partes específicas del cuerpo, obesos (son su propia categoría, vaya), nudismo, masajes eróticos, bondage, BDSM… Y cada categoría tiene su cantidad de visitantes suficiente como para preocuparse en invertir y generar más y más contenido.

Eso me genera una pregunta aparte de cómo la pornografía, tan repetitiva en su contexto, no para de generar contenido nuevo aunque se trate de más de lo mismo pero con otras personas. Cómo no nos cansamos de lo de siempre en el tema pornográfico, o si acaso es precisamente eso lo que lleva a alguien a ir más allá, a buscar por lo que podríamos llamar, para entendernos, como porno alternativo.

Es de aquí donde surge la categoría que quiero tratar y que se está extendiendo en las webs pornográficas: la pornografía dibujada o animada, compuesta a su vez por sub-categorías que superan en número a las reales debido a que a la hora de dibujar no hay límites. Pero que ninguno.

En el arte no hay barreras. Uno crea hasta donde la imaginación le permite. El dibujo es un arte, pero, ¿incluso cuando se dibuja pornografía? Hay muchos cuadros artísticos de desnudos, y no se consideran eróticos (aunque me apuesto lo que sea que existe alguien en este planeta que se ha masturbado con La Maja Desnuda). Pero si en una revista porno se incluye un cómic no se considera arte, a pesar que el cómic sí está considerado como tal. ¿Cómo se logra considerar cuándo algo es arte y cuándo no? ¿Tan tabú es lo sexual como para no tenerlo en cuenta? ¿Cómo es posible que algo tan extendido y natural como lo es el sexo, no se trate con la mayor de las naturalidades? El sexo es tan común que sorprende que resulte marginal en las conversaciones de la mayoría de personas, que se oculte y se arrincone en la sociedad en general.

Regresando al tema del artículo, la pornografía dibujada está muy extendida. Hay webs especializadas que reciben miles y miles de visitas al día. Está a la par de la pornografía real, y me lleva a preguntar qué ofrece que logra rivalizar con una industria tan potente.

Comencemos con el Hentai. Es de normal animación japonesa pero con sexo explícito. Siempre contiene aunque sea un mínimo de historia, raro es el hentai que contenga escenas sexuales sin más, sin un contexto, como es el caso de las películas porno. Su animación suele ser como en la de los animes, habiendo tanto obras muy básicas que cumplen su función como Hentai de una calidad digna muy elaborada. En los animes más conocidos trabajan los mejores estudios de animación japoneses, y el Hentai no es una excepción. Llegan al punto de elaborar escenas costosas, lo que me hace deducir que merece la pena tal trabajo por los beneficios que debe generar.

A la par está también el manga Hentai, que de común son cómics japoneses llamados Doujin. Doujin se refiere a una parodia pornográfica de una obra manga conocida. Hay doujins de Dragon Ball, Naruto, One Piece… donde de normal se crea una escena similar a una parte de la serie pero ─parafraseando a Homer─ “con eróticos resultados”. De doujins existen grandes cantidades; demasiados. Cada serie o manga japonés que haya existido tiene su versión Hentai. Sin excepción.

Para comprobarlo, existe una web llamada Gelbooru que clasifica en etiquetas. Hay miles de etiquetas, y cada una representa bien un fetiche, una situación muy concreta, poses, colores de pelo, ojos… añadiendo etiquetas que representan X serie de animación o X personaje en concreto. Mirando la cantidad que existe de material Hentai de Dragon Ball podemos hallar 24.177 dibujos, sumando 12.898 de la Dragon Ball Z. Esto sólo en Gelbooru, pues existen más webs similares. Aquí sólo son ilustraciones, pues de los citados Doujin tendremos que buscar por otros lares como nHentai, página dedicada exclusivamente a doujins. Analizando, es curioso como una serie tan extendida y conocida como Dragon Ball posea tan “poco” material en comparación a otras series japonesas.

Llegamos a una zona escabrosa del Hentai: el Lolicon. Quien no conozca sobre esta categoría u etiqueta, decir que es Hentai con personajes que parecen niñas. Así, tal cual. En varias obras Doujin excusan que el personaje en realidad es mayor de edad, aunque su apariencia sea la de tener ocho años. Si miramos la cantidad de dibujos que hay de esta temática en Gelbooru, podemos encontrar... 239.613 ilustraciones. Y en aumento.

Esto hace deducir que existen miles de autores de Lolicon. Si existen tantos es porque merece trabajar en crear este tipo de dibujos ya que hay un público objetivo, que además no es reducido. Insisto que hay más webs como Gelbooru, así que el número aumenta.

Si uno es ilustrador y le piden un encargo de estas características, ¿qué haría? Son dibujos, ¿pero dónde está el límite? No se daña a nadie real, ¿o sí? ¿Se fomenta la pedofilia si sólo se trata de dibujos? Es una discusión que lleva años tratándose. Por el momento, no está ilegalizado a nivel general.

Desde mi punto el problema surge cuando el dibujo es DEMASIADO realista. Hay dibujos manga de niñas con los ojos gigantes que resulta hasta cómico, pero otros casos ya no son tan manga, y se acercan peligrosamente a un dibujo realista que da que pensar.

Antes de cambiar de tema, quiero nombrar otra categoría que parece “levantar pasiones” dentro del Hentai: el Guro. El Guro es gore aplicado al Hentai. Escenas ultra violentas, sangrientas y macabras hasta el límite. Gelbooru posee unas seis mil imágenes de este tipo, y si uno se atreve a leer los comentarios en algunas de las ilustraciones, de verdad descubre que hay gente que le pone todo esto. ¿Les sucedería lo mismo si lo viesen en una foto, una escena real? No quiero analizarlo mucho.

Saltamos de lo oriental a lo occidental. El Cartoon también tiene cabida en el mundo pornográfico. Existe por Internet varias reglas que surgieron, imagino, de 4Chan. Una de esas reglas ─siempre en tono de broma aunque haya acabado siendo una especie de dogma─ es la regla 34 o Rule34. Esta regla explica que si algo existe tendrá su versión porno. Sin excepción. Se aplica principalmente a las obras de ficción, y gracias a la siguiente regla (que dice que si algo no tiene su versión pornográfica se le creará), toda serie de animación imaginable que se conozca posee aunque sea un dibujo erótico o porno. Toda serie animada existente, incluidas las de nuestra infancia. Todas. Sí.

La mejor web que representa esta subcultura es Rule34.paheal. Posee casi cuatro millones de dibujos/ilustraciones que recrean la supuesta vida privada de la televisión animada que nos crió y que está criando a los niños actuales (junto a personajes de otros medios, como los videojuegos). Hay que considerar que la web es visitada por personas de todas las edades, no sólo por jóvenes en la pubertad, el principal objetivo.

Series como Star contra Las Fuerzas del Mal, La Patrulla Canina o ─sobre todo, hago especial hincapié─ My Little Pony, tienen dibujos y dibujos donde los personajes son sexualizados. Desde los Pitufos hasta Gravity Falls, de los Fruittis a Hilda. Todas las películas Disney y de Pixar hasta Pocoyó. Y Bob Esponja también.

Toda esta fiesta divierte. Hay una gran parte de los dibujos que son en tono de humor, respetando incluso la intención y espíritu de la serie original. Otros ya son más explícitos y directos. Lo fuerte que toda esta cantidad de material es posible debido a que hoy en día las personas de más de 30 años siguen consumiendo series de dibujos animados. No es malo, pues las series han mejorado mucho en cuanto a calidad de animación y, principalmente, en historia. Las series que rescatan viejos éxitos como la de He-Man son más vistas por las generaciones pasadas que las actuales, y ver series de animación a cierta edad no es ninguna bajeza aunque el común de los mortales piense lo contrario. Poco a poco se está normalizando.

En este punto quiero señalar que un gran porcentaje de series de animación occidental es protagonizada por, en fin, personajes infantiles. Así que un gran porcentaje del Rule34 se basa en personajes infantiles y adolescentes. Volvemos al tema tratado antes con el Lolicon, pero con la salvedad de que en esta ocasión no se pueden realizar dibujos demasiado realistas. En su mayoría son monigotes y caricaturas realizando acciones que no les corresponde. Todo por los “loles”, supongo. Hay mucho artista suelto, y una cantidad de ellos gana dinero dibujando estas cosas. Es legítimo, pero volvemos a la pregunta de dónde está el límite.

Me da por pensar cómo surgen los fetiches; de dónde, si acaso. ¿Cómo se aficiona uno a los pies? ¿Cómo descubre que le va que lo aten? Hay teorías que tratan sobre que parte de esos gustos surge de la televisión, sobre todo cuando la vemos de niños y de adolescentes. Si en una serie suelen aparecer personas atadas (lo típico de la princesa en apuros), hay cierto potencial de que el niño conforme desarrolle su faceta sexual (activa desde que se nace) se vea atraído por esas imágenes en su recuerdo conforme crezca. De ahí se va explorando, descubriendo y llegando a más una vez se está en la pubertad. Tampoco soy psicólogo, sólo son teorías que intento den para debate. Porque siempre me he preguntado, ¿cómo surge la pasión por el bondage? ¿Y por el BDSM consistente en amo y esclavo? Nombro esto porque es bastante practicado por un buen número de personas.

Estos temas se pueden extender durante páginas y páginas. Así que aquí nos quedamos. Gracias por leerme.