Escribe Orwell en 1984 que...
«el duro trabajo físico, el cuidado del hogar y de los hijos, las mezquinas peleas entre vecinos, el cine, el fútbol, la cerveza y sobre todo, el juego, llenaban su horizonte mental. No era difícil mantenerlos a raya. Unos cuantos agentes de la Policía del Pensamiento circulaban entre ellos, esparciendo rumores falsos y eliminando a los pocos considerados capaces de convertirse en peligrosos»
Mantener a las masas ocupadas para que no piensen ni se desarrollen. Que piensen que son libres mientras arrastran por el suelo la correa.
Su ignorancia fortalece al que manda.
Champions, apuestas, terraceo, vacaciones, subidas de la luz, restricciones covid, cambio climático...
Nada es mentira. Nada sobra. Pero no puede absorber todo nuestro tiempo y atención. Ni podemos tragarlo sin filtro. Sino seremos proles. Cada vez más controlados. Cada vez más precarizados. Cada vez más cautivos.
Perdón si te hago pensar. Yo ya me hice daño.