Las pelotas de tenis no siempre fueron amarillas

Hace un tiempo @patchgirl compartía la historia de la fiebre del tenis en el Renacimiento. Y hoy yo quiero compartir con vosotros una anécdota que me ha llamado mucho la atención: las pelotas de tenis no siempre fueron amarillas. Puede ser que sea cosa de la edad y que algunos de vosotros pueda recordar las pelotas de tenis de color blanco, lo que no quita que detrás haya una curiosa historia.

La televisión es la culpable

Siempre hay que echarle la culpa a alguien y esta vez la culpable del cambio de color ha sido la televisión. Históricamente las pelotas siempre han sido de color negro o blanco, dependiendo del color del campo. Pero las pelotas de color blanco dificultaron las cosas en las retransmisiones deportivas, sobre todo con la llegada de los televisores a color ya que era complicado diferenciarlas del campo, sobre todo con las líneas que delimitan la cancha (con las emisiones en blanco y negro era mucho más fácil identificar la pelota) Se realizaron investigaciones para conocer el color más visible en este nuevo tipo de dispositivos: naranja brillante, rosa neón o el color amarillo que todos conocemos y que acabó siendo el elegido.

Las pelotas con este color fueron introducidas por primera vez en 1972 por la Federación Internacional de Tenis para facilitarle las cosas a los telespectadores. Wimbledon se resistió a adoptar este color y no abandonó las pelotas blancas tradicionales hasta 1986.

Las pelotas de tenis blancas volvieron años más tarde (aunque de forma fugaz)

En 2010, según relata Marca, en el décimo aniversario del ATP Championships de Algarve, el blanco volvió a ser el protagonista. Y no solo en las pelotas, también por los uniformes. Eso sí, al no fabricarse ya pelotas de este color tuvieron que pedir con una antelación de seis meses.

*La imagen de las pelotas blancas es del blog procoleccionismo, la segunda es de Pixabay.