Recuerdo una internet vibrante, con miles de personas interactuando en foros dedicados a todos los temas concebibles, algunos extraordinariamente especializados. Foros en los que te contestaban a las preguntas, clasificados por subtemas, en donde detrás de cada hilo había una tonelada de información interesante.
Había foros dedicados a temas de salud, a jardinería, a los relojes antiguos, al afeitado clásico... Nombra el tema que prefieras y aparecía siempre detrás un foro con gente especializada dispuesta a interactuar, con su karma o estrellitas en tanto que líder del foro reconocido por los miembros a base de ganarse poco a poco reputación.
Eran foros con discusiones interesantes y también con trolls, que resultaban a menudo divertidos o acababan siendo baneados. Cuando hacías una búsqueda aparecía a menudo como primer enlace un foro con la respuesta que buscabas. Se hicieron aplicaciones, que nunca me gustaron mucho, dedicadas a organizarte y permitirte visitar más cómodamente los foros.
Resistieron mal el paso a los dispositivos móviles. Las grandes redes sociales acabaron captando la atención de la gente. La posibilidad de ganar dinero en serio atrajo a los creadores de contenido. Google dejó de dar visibilidad a los foros. ¿Murieron ellos primero o fue el buscador el que les redujo a la insignificancia?
Ahora cuando busco ayuda porque mi peral tiene manchas en las hojas aún me aparece, casi de forma nostálgica, alguna respuesta en el extinto infojardín. Me entristece pensar que ese foro ya no existe y agradezco a quienes aún mantienen el hosting que no lo hayan cancelado. Porque ese ha sido el final de tanta información acumulada en muchos foros, el borrado definitivo.
Esta interacción entre iguales, en donde algunos tenían merecida reputación otorgada por el grupo, se acercaban hacia un ideal libertario de ayuda mutua y auto-organización. Ahora un comentario en un vídeo de YouTube de alguien que tiene 300.000 seguidores se siente con el mismo nulo impacto que el que siempre tuvo un comentario en cualquiera de los que fueron grandes periódicos -cuando ello era permitido-. Y si el Youtuber correspondiente se sale de la narrativa impuesta, se le cierra la cuenta sin darle explicaciones. Todo queda atado y bien atado.