La respuesta sencilla es "todos", y seguramente la más cercana a la realidad, pero dentro de la culpabilidad común, unos lo son más que otros:
Serbia. La responsabilidad de sus Servicios Secretos en el asesinato del Archiduque Francisco Fernando está demostrada, facilitando armas, entrenamiento y el paso por la frontera de los asesinos (aunque estos eran austrohúngaros tras la anexión de Bosnia por el Imperio), así como el apoyo de parte de sus Fuerzas Armadas y medios de comunicación al terrorismo en Bosnia (cuya población estaba constituida por un 42% de serbios). Sin embargo el Gobierno no conocía los detalles de la operación (que no hubiese aprobado) e incluso mandó un mensaje genérico al Imperio Austrohúngaro para que extremase las precauciones.
Imperio austrohúngaro. Tras el asesinato decide que es hora de dar una lección a Serbia, enviando un ultimátum confeccionado con la intención de que fuese rechazado e incluso entrando en contactos con Albania, Grecia y Bulgaria con el fin de repartirse el territorio serbio, que pasaría a ser residual y bajo control austrohúngaro. Consciente de que Rusia podría entrometerse, contacta con Alemania para conseguir su visto bueno, lo que denota que estaba dispuesto a entrar en un conflicto global con el fin de castigar a Serbia,
Imperio ruso. No existía ningún acuerdo de defensa mutua entre Rusia y Serbia, pero el paneslavismo y el deseo de que Austria/Hungría no controlase completamente los Balcanes, llevan a que el Imperio ruso se muestre dispuesto a entrar en una guerra europea por defender el status-quo. Fue la primera gran potencia en realizar una movilización, aunque parcial, de su Ejército, lo que precipitó los hechos.
Imperio alemán. Sin reunión de ningún tipo ni con su Estado Mayor o sus consejeros, el Káiser Guillermo II concede a los enviados del Imperio austrohúngaro el conocido como "cheque en blanco", su apoyo al castigo a Serbia sin importar las consecuencias, y tras ello se marcha a su habitual crucero de verano a Noruega con la Hochseeflotte. Sí contó con el apoyo del Canciller Bethmann-Hollweg, quien creía que todo se resolvería en un conflicto local donde Austria/Hungría aplastaría con rapidez a Serbia, pero se equivocó gravemente.
Francia. El país más militarizado de Europa, con solo dos tercios de la población alemana, pudo poner en pie un Ejército igual de numeroso en Agosto de 1914. El motivo es que toda su política exterior estaba basada en el revanchismo de lo ocurrido en 1870/71, a Francia no es que le importase más o menos que hubiese una gran guerra en Europa, es que estaba deseándolo, todos podían contar con Francia en caso de un conflicto con Alemania.
Gran Bretaña. Su postura tibia y ambivalente en la última semana de Julio no ayudó a calmar los ánimos, si hubiese pegado un golpe sobre la mesa informando claramente a las Potencias Centrales que, en caso de guerra, se alinearía sin duda con sus enemigos, posiblemente hubiesen hecho retroceder a alemanes y austrohúngaros.
En el siguiente enlace, amplio debate y resultado provisional de la encuesta: www.elgrancapitan.org/foro/viewtopic.php?f=97&t=27202