Por qué no hay que repetir el referéndum del Brexit

Sé que no es la opinión de muchos, tal vez de la mayoría. La mayoría de europeos (es tal vez una percepción mía) piensan que el Reino Unido es un país importante y que sus ciudadanos deberían poder volver a expresar su opinión. Yo creo que no: ya lo hicieron.

Ya lo hicieron y salió algo que, por lo visto, no se esperaban y no querían, pero esa era su responsabilidad.

Muchos jóvenes, sea porque no les importaba Europa, sea porque no pensaban que pudiera salir el leave, sea porque pensaban que el tema no era importante, que sólo era una maniobra de ratificación de David Cameron, decidieron no ir a votar ese día (se calcula que sólo votó el 55% de personas entre 18-44 años, por un 77% de personas entre 55 y 75+ años). Muchas personas que votaron a favor del leave dicen ahora, arrepentidas, que les engañaron, que las cifras que les dieron no eran ciertas, que nadie les habló de las más que probables consecuencias de dejar la EU. Pero salió lo que salió, el pueblo británico (el que fue a votar, al menos) habló.

Una vez conocido el resultado, todo fue un echarse las manos a la cabeza, poner el grito en el cielo, maldecir en arameo y rasgarse las vestiduras. Todo fueron manifestaciones pro-remain, en pro de permanecer en la EU, y peticiones de un segundo referéndum.

Pero ser ciudadano de un país conlleva una responsabilidad: se les dio la oportunidad de expresarse, y algunos no quisieron aprovecharla. Los políticos les lanzaron sus mensajes interesados y partidistas, y, en esta época de Internet, no voy a decir sencillo (que creo que lo es), pero sí es asequible comprobar si los datos que te dan son ciertos, pues son los datos sobre los que vas a ejercer tu derecho al voto. Sólo hay que dedicarle un poco de tiempo.

Y por ese motivo creo que no hay que repetir el referéndum: hacerlo sería reconocer el carácter infantiloide, voluble e inmaduro del "pueblo soberano", sería reconocer que no nos merecemos la confianza necesaria como para que nos pregunten por temas importantes, decisivos para el futuro del país.

Si la democracia es el gobierno del pueblo, ese pueblo, si se dice maduro y responsable, debe asumir y afrontar las consecuencias de sus decisiones. Y esas decisiones no son sólo lo que cada uno votó, sino la decisión de no ir a votar, o la decisión de no comprobar los datos, la falta de espíritu crítico (aquí entrarían en juego las peligrosas falacias cognitivas de "sesgo de confirmación" y "caja de resonancia").

Así que los británicos, hayan votado lo que hayan votado, deben apechugar con lo que hicieron, y ese referéndum debería ser un importantísimo toque de atención para todas las democracias consolidadas: ser ciudadano no es solo tener la posibilidad de votar cada cierto tiempo, sino hacerlo, y hacerlo de una forma responsable e informada.