Reflexiono sobre el comportamiento humano de estos últimos días en España, de cómo la pandemia de un virus apenas altera la conducta de las personas [1], pero en cambio, el posible cierre de comercios provoca un estado de pánico generalizado [2]. De cómo nos lavamos las manos compulsivamente, pero nada nos impide seguir trabajando en 10 metros cuadrados con 5 compañeros, atendiendo a centenares de clientes a diario, aceptar viajar en un transporte público abarrotado, o tomarnos unas cañas con los amigos.
Comparo estas actitudes con las vistas en Asia, sea en China como en Corea del Sur o Japón [3]. No importa que sea una democracia o una pseudodemocracia. La diferencia está en la educación de las personas y en la confianza en el Estado.
Los países asiáticos son educados mayormente en el confucianismo, que se basa en la buena conducta en la vida (la tolerancia, la bondad, la benevolencia, el amor al prójimo y el respeto a los mayores y antepasados) y en el buen gobierno del Estado (caridad, justicia y respeto a la jerarquía) [4]. Mientras que, en occidente y concretamente en España, se nos educa en el liberalismo, que defiende la libertad individual, la igualdad ante la ley y una reducción del poder del Estado [5], además de un Lazarillo de Tormes que nos inculca a todos desde pequeños, en mejorar nuestro bienestar, aunque sea a costa de los demás.
Es justamente ésta doctrina, económica, política y social que mamamos desde pequeños, la está determinando nuestra manera de comportarnos. No pensamos en el bien común, sino en nuestro bien individual.
Se nos advirtió con más de un mes de antelación [6], pero no nos importa una enfermedad que “a mí, que soy joven y fuerte” no va a hacerme apenas daño, pese a que pueda ser contagiada a terceras personas siendo tan letal o más que la gripe [7], o que pueda saturar el sistema sanitario [8]. “Yo, que me encuentro perfectamente bien” pese a saber que el virus se puede incubar durante 5-12 días sin síntomas y siendo contagioso, ¿me voy a tener que quedar recluido en casa? [9] Actitud recurrente que se ve en jóvenes, adultos con hijos o ancianos, que siguen de fiesta o se marchan a zonas menos habitadas o estivales solicitando servicios como si de vacaciones se trataran.
Acompañando a esta mentalidad poco comunitaria, nos encontramos el comportamiento alarmista y psicótico de arrasar los mercados. Solo pensamos en abastecernos nosotros mismos, cuanto más mejor, y no en que a otras personas ese recurso también les puede hacer falta. Pero la base de esta actitud es la desconfianza en el Estado.
La educación basada en el confucianismo ha creado estados cuyos gobiernos inspiran confianza y donde se respeta la jerarquía. Se espera que el gobierno obre inteligentemente y tome las mejores decisiones para el conjunto de la sociedad; anteponiendo a las personas a cualquier otro bien económico o material. El liberalismo imperante que vive occidente, nos catapulta a responsabilizar de todo al individuo. Desconfiar de un gobierno que por inutilidad o corrupción no sabe ni debería hacerse responsable de la mayoría de aspectos de nuestra vida donde nosotros, como individuos, sabemos mejor que nadie cuales son las mejores opciones en cada caso. De esta manera, el liberalismo se ha apoderado del Estado haciendo del Gobierno cada vez un organismo más débil, temeroso, populista y vendido a los poderes económicos, a quienes rinden pleitesía en lugar de sus votantes.
Esto nos ha llevado a dos puntos fatídicos de nuestra situación actual:
- La población desoye las recomendaciones del Estado u organismos gubernamentales por desconfianza o enemistad.
- El gobierno no se atreve a tomar decisiones impopulistas y sin el aval del poder económico.
Y vuelvo a una frase inicial, el posible cierre de comercios. Comercios o empresas de cualquier sector que se encuentran ahora frente a un abismo económico. Empresas que han estado anteponiendo sus beneficios económicos a la salud de sus trabajadores y al bienestar de la sociedad. Empresas responsables de la privatización de servicios básicos como la sanidad, y que se han negado a atender a sus clientes con COVID-19, desviándolos a la Sanidad Pública [10].
Es ahora que podemos ver, ante una debacle capitalista reflejada en la bolsa [11], cuando los poderes económicos, los mismos que apoyan un liberalismo salvaje y han estado esforzándose en la destrucción del Estado cuando tenían el bolsillo a salvo, entrar en pánico y exigir la intervención del gobierno y ayudas económicas [12].
La naturaleza no entiende de gobiernos o de modelos económicos, somos las personas, parte de esa misma naturaleza como animal social, la que debe cuidarse como sociedad y no como individuo aislado.
Fuentes:
[1] www.burgosconecta.es/sociedad/salud/burgaleses-desoyen-recomendaciones
[2] www.lavanguardia.com/economia/20200311/474085774412/panico-arrasa-supe
[3] elpais.com/economia/2020/03/13/alternativas/1584101821_342390.html
[4] es.wikipedia.org/wiki/Confucianismo
[5] es.wikipedia.org/wiki/Liberalismo
[6] www.efesalud.com/emergencia-internacional-coronavirus-OMS/
[7] www.elmundo.es/ciencia-y-salud/salud/2020/03/11/5e68edfdfdddffe2308b47
[8] www.efesalud.com/hospitales-madrid-coronavirus/
[9] www.redaccionmedica.com/secciones/sanidad-hoy/coronavirus-sintomas-ini
[10] www.elsaltodiario.com/coronavirus/privatizacion-sanidad-madrid-coronav
[11] elpais.com/economia/2020-03-13/el-ibex-abre-con-una-subida-del-6-tras-
[12]www.expansion.com/economia/2020/03/09/5e66483f468aebe81c8b45a7.html