Marroquinería, el sector Español nacido en 6.000 a.C. advierte del peligro por COVID-19

La marroquinería está considerada una de las industrias primordiales con objetos arqueológicos como ropajes de cuero, que datan del año 6.000 a.C. Si bien antiguamente esta "tecnología" era fundamental para la supervivencia humana, hoy en día ha sido relegada a los artículos accesorios (Ej. bolsos, zapatos, carteras, estuches) así como tapizados.

Su origen artesanal es lo que otorga el carácter a las piezas de marroquinería, lo que las convierte en una pieza opcional más que una necesidad básica para el consumidor.

Si bien antes del COVID-19 los materiales para la curtición ya escaseaban, imagine ahora, pues la detención laboral historica a causa del confinamiento ha provocado todavía más incertidumbre y escasez de materiales. La ralentización de la producción está abriendo una herida antigua y la escasez de turismo podría desencadenar una reducción en la demanda de mercado.

Es sabido que el descenso del turismo internacional está fuertemente vinculado al nivel de ventas en los artículos de recuerdo o "souvenir". Los accesorios curtidos en cuero resultan de especial interés para los visitantes en busca este tipo de artículos.

Nuestra capacidad para controlar los rebrotes jugará un papel fundamental si queremos transmitir seguridad a los turistas que nos consideran como su principal objetivo turístico.

Desde Ubrique hemos hablado con los principales representantes de la industria del cuero como es el caso de Riverpiel y Curtidos Menacho.

En base a sus palabras, parece que la industria del cuero local situada en la Sierra de Cádiz está iniciando una campaña por la internacionalización de sus productos. Si bien ha sido imposible averiguar la razón, la intuición apunta a que las ventas internacionales podrían ser un mercado más interesante en tiempos de COVID para estas empresas.

Aprovecho este artículo para hacer un llamamiento a la responsabilidad ciudadana tan esencial en esta batalla sanitaria en la que nos hayamos. Si bien me gustaría afirmar que hemos pasado lo peor, la realidad es que nadie sabe lo que se avecina en estos tiempos turbulentos.