Había una vez tres monstruos con nombre, tres fantasmas con causa, los tres nacieron juntos, eran trillizos. Se llamaron Libertad, Igualdad y Fraternidad, estos tres fantasmas henchidos de soberbia fueron entronizados en Francia por la revolución francesa. Estos tres fantasmas al modo de Yavhe, Alá o Jesus querían dirigir la providencia de la humanidad, si Yavhe la dirigió con la mentira del patriarcado, Jesus con la mentira de la resurrección y Alá con la mentira de la profecía, la revolución francesa inauguró una triple mentira.: la de que todos los hombres son iguales, cuando todos son diferentes, la de que todos los hombres son libres, cuando están sometido a la naturaleza y las inclemencias de las leyes del pudrimiento y la muerte, y la de que todos son hermanos cuando cada uno tiene diferentes raíces y culturas.Estos tres monstruos con nombre pululalon por la tierra y pronto se enfrascaron el uno contra el otro. ¿Porque el hombre no es libre de ser desigual? ¿Si somos todos iguales no habría que coartar la libertad de quien quiera cercenar esta igualdad? ¿Si somos todos hermanos porque hay diferencias raciales? ¿No deberiamos juntarnos con los que son más hermanos?
Así empezó la gran guerra entre los tres monstruos que pedía sangre de los mártires. El primero en ganar fue Igualdad, su victoria en Rusia conmocionó a la humanidad. Así fue como Igualdad se llamó comunismo, Fraternidad lo miró con espanto y Libertad con sospecha, cuando la sospechas de Libertad se confirmaron entró en guerra directa contra Igualdad en la guerra civil rusa, entonces fue cuando Libertad se llamó Anarquismo y llenó el corazón de los campesinos de la tierra enarbolando una bandera negra. Fraternidad temiendo tanto a Libertad como a Igualdad, dijo que todos los hombres son hermanos y al principio eramos más hermanos aún, pero con el tiempo está hermandad se ha ido degenerando por la mezcla con los inferiores, y había que recuperar la hermandad de los parecidos que había al principio, la primordial. Así fue como Fraternidad llenó los corazones de Alemania con el nacional socialismo.
Todos sabían que Libertad, Igualdad y Fraternidad tramaban algo. Y las miradas se pusieron en España. Donde se proclamaba una república de muy libres, algo iguales y nada fraterna, contra la eterna resurrección de Jesus .
Libertad tenía posiciones avanzadas y era mayoritaria, Fraternidad tuvo que ser creada sobre la marcha e Igualdad tenía grandes referentes pero estaba en una posición subalterbna con Libertad. Tan minoritaria era Fraternidad que debió unirse a Jesus, al fin al cabo ¿no fue Jesus quien proclamo la hermandad de los hombres? al contrario que en Italia donde Jesus obedecía a Fraternidad, en España fue Fraternidad quien obedeció a Jesus. Así estalló la gran guerra entre los 3, que aunque en un principió ganó Libertad en casi todas las ciudades y campos ya con su verdadero nombre: anarquismo, pronto la ayuda a internacional a Fraternidad cambiaría el desenlace.
La desunión entre Libertad e Igualdad, desde hace tiempo en guerra matafórica y física, propiciaría la victoria de Fraternidad en alianza con la reacción de Jesus. Parecía que Fraternidad era imparable cuando Franco entró en Valencia.
Hechida por la victoria, Fraternidad, pronto se dispondría a conquistar el mundo hacia su gran enemigo en el este, que le esperaba dispuesto al sacrificio total: Igualdad. Libertad desesperada organizaría las guerrillas en toda Europa y Fraternidad avanzaría conquistandolo todo hacia su más fuerte enemigo: Igualdad. El reguero de locura y sangre no se olvidaría nunca. Pero Igualdad entró victoriosa en Berlín y parecía imparable, pero con el tiempo entendería que Fraternidad y Libertad, ahora que habían perdido su Gran Guerra conspirarían en la paz.
El desenlace ya lo sabéis: Igualdad ganó la guerra, Libertad ganó la economía y Fraternidad ganó las naciones.
Por eso hoy en día solo somos fraternos con los que han nacido en nuestras administraciones conjuntas llamadas naciones, somos iguales cuando llega la guerra contra el enemigo y somos libres cuando comerciamos.
Fraternidad para excluir, igualdad para conquistar, libertad para explotar. Así fue cuando los tres monstruos volvieron a estar de acuerdo y volvieron a vivir en paz en este mundo de valores fantasmagóricos
Rápida muerte al nacional socioliberalismo