El resultado electoral de las elecciones del 10N ha dejado un sinfín de consecuencias, tanto relevantes cómo anecdóticas. Aunque, apenas ha cambiado el espectro político definido en las anteriores elecciones. En aspectos ideológicos todo sigue igual, y en lo económico también. Lo más significativo ha sido el trasvase de votos entre partidos de la derecha, convirtiendo a Albert Rivera en la primera víctima de estas elecciones. Por otro lado, la irrupción de MasPaís sólo ha conseguido arañar votos a la izquierda, sin consecuencias especialmente graves comparándolas con las anteriores elecciones.
Acertádamente, todo el mundo reconoce el fracaso de Sánchez para tratar de consolidarse convocando nuevas elecciones. Ha perdido tres escaños en el Congreso y la mayoría absoluta en el Senado. Su negativa a pactar con Unidas Podemos, inventando excusas cada cual peor, no le ha pasado factura, pero sí ha dejado a su principal socio para pactar, Ciudadanos, tocado de muerte.
¿Y por qué ha quedado Ciudadanos así?
No dejo de leer que su estrategia focalizada en Catalunya y en aplicar un 155, ha sido su talón de aquiles electoral. Pero, hay más lecturas que nadie hace porque, o se desconoce, o no interesa que se sepa. Cada cual que piense lo que quiera.
Nadie tiene en cuenta al interpretar estos resultados, los antecedentes en elecciones pasadas. Nadie vuelve a nombrar el pacto que hicieron PSOE y C's en 2016, deseándolo renovar este 2019. Si realmente no hubiese sido así, PSOE no habría puesto muchos reparos en pactar con UP. Y esto, los votantes de derechas de C's lo saben. Si eres votante de derechas, evitarás a toda costa que tu voto vaya para que gobierne el PSOE.
Ante tal situación, al votante de derechas le quedaban otras dos alternativas, volver a votar al PP, el partido del cual perdieron su confianza por los múltiples casos de corrupción, o votar a otro partido que, aunque más radical, no iba a pactar bajo ningún concepto con el PSOE, y ese es VOX. Sea cómo sea, con tantas alternativas, el votante de derechas no contemplará de ninguna de las maneras la abstención.
Ahora, con el giro de 360 grados, y para los que no lo pillen, volver a la casilla de salida respecto a abril de 2019, veremos cual es el resultado de las negociaciones para formar gobierno. Pero lo veo muy complicado.
Este panorama favorece a UP porque el favorito para pactar de Sánchez ha sido borrado del mapa. Pero, no alcanzarían mayoría sin la abstención del PP o VOX, algo improbable. Así que, la alternativa progresista, aunque no sé por qué lo llaman así cuando el PSOE ha demostrado ser más neoliberal que progresista, queda descartada. Sí, descartada, los partidos nacionalistas no pactarán con el PSOE después de los acontecimientos de los últimos tiempos.
Otra alternativa que barajan los medios, esos medios controlados por los poderes económicos, es un pacto entre PSOE y PP, para favorecer la gobernabilidad. Este paso me recuerda a Grecia, donde los dos partidos representativos del bipartidismo pactaron antes de su descalabro económico. Es espeluznante ver que la picaresca española podría convertir al país en una tragedia griega. Del siglo de oro al siglo de mierda.
El futuro es incierto, pero no tanto. Lo más probable es que haya nuevas elecciones dentro de seis meses, pero será un ejercicio inútil. Cómo dijo Albert Einstein "no esperes distintos resultados si repites el mismo experimento".
Para terminar, otra posibilidad es que nadie quiera gobernar sabiendo que el 1 de enero entra en vigor la modificación del artículo 135, siendo todo un marrón para quien esté gobernando. No descartéis esta opción porque anteponer el pago de la deuda a la totalidad de financiar los servicios públicos, dejaría en la estocada a cualquiera que ocupase el cargo.