Lastimero

Alguien escribe por redes sociales:

—Tenemos que hablar de un realidad: sobre esos profesores de antes que golpeban a sus alumnos con collejas o la regla. Yo sufrí esto con Don Elario. Me golpeaba en cada clase, sobre todo por tartamudear. Lo que provocaba ese tartamudeo era él.

Hoy en día me siento inseguro a la hora de aprender con alguien. Me da la sensación de que se va a enfadar y me va a levantar la mano.

No estoy a gusto leyendo libros de aprendizaje. Siento una prensión en el pecho. Odio a ese tipo de profesores que camparon y campan a sus anchas. No me siento bien recordando aquello, mi constante inseguridad es por culpa de ese profesor. Mis padres nunca lo entendieron. ¿Por qué me pasa a mí a pesar de haber hecho lo que se supone que es correcto? Yo soy bueno.

¿Qué pensáis sobre mi caso?

Otro alguien responde:

—Es importante que se de visibilidad a este tipo de problemas. Pero el tono de tu texto delata autocompasión . Parece que esperes una palmadita y que te arropen antes que hablar de la injusticia que recibías.

Cuanto antes lo sepas mejor: no eres especial.

Y nunca lo serás. Deja de buscar la atención y retroalimentarte.

Todo el mundo debería decirselo cada mañana: no eres especial. La vida iría mejor.