Conocida es la solución que ha dado Australia al problema de recibir a miles de personas indocumentadas que entraban ilegalmente en el país mediante barcos: enviarlos a pequeñas islas fuera del territorio australiano desde donde se gestionan las posibles devoluciones y desde donde es imposible huir y volver a intentar llegar al continente. Pues bien, España lo tiene aún más fácil. Dispone de la Isla de Alborán de modo que no sería necesario pagar ni llegar a acuerdo alguno con otros países para poner en práctica la misma solución: en esta isla podría construirse un centro para tramitar los casos de todos los indocumentados que llegaran al territorio español a través del mar o fueran rescatados tras navegar a la deriva. Los irregulares serían trasladados a la isla y allí deberían declarar de qué país proceden para ser expulsados a ese territorio. De lo contrario, permanecerían indefinidamente en la isla, sin posibilidad alguna de salir de ella.