La frustración del votante de izquierdas

Ojalá pudiera ser de derechas. Lo tienen todo a su favor.

Los medios de comunicación, los jueces, las fuerzas de seguridad del estado, la religión, la tradición, la monarquía, los simbolos del país e, incluso y cada vez más, las redes sociales. Toda una máquina bien engrasada para asegurarse de que su ideología está bien protegida y perdurará en el tiempo.

Sin embargo, ¿qué tenemos los de izquierdas?

Periodistas que ante cualquier mínimo error de nuestros partidos lo engrosan, abrillantan y televisan cacareados entre tertulianos sin ningún pudor ante múltiples cámaras de eco que se retroalimentan unas a otras.

Jueces que no dudan en alargar casos que abren telediarios y ocupan portadas y cuyos archivos se van acumulando uno tras otro y que no son dignos ni de un pie de página en la sección de esquelas.

Policias, guardias civiles y antidisturbios que se inventan testimonios, que enchironan a inocentes y que abren cabezas por la mañana y duermen a pierna suelta por la noche.

Bots, youtubers y espontaneos que repiten bulos, reprochan a la izquierda pecados que la derecha cometió con anterioridad amplificados por mil, que inventan adjetivos yuxtapuestos dignos de algún comic de Mortadelo y Filemón y que repiten eslóganes basados en terroristas mientras reprochan los pactos con los primos terceros de dichos terroristas.

Y una oposición que no duda en llevar a cabo prácticas mafiosas que incluso sonrojarían a la verdadera mafia, que no dudaron en utilizar la fundación de un asesiando por terroristas para blanquear dinero, que han utilizado todo el poder del estado para perjudicar al rival político, que con los restos humeantes de las víctimas del mayor atentado del país todavía esparcidos en los arcenes de Atocha se dedicaron a mentir a todo el país, que se burlaron de las víctimas del mayor accidente de metro de la historia de Europa que todavía sigue sin responsables, que se han repartido sobres, sobresueldos, tarjetas black y hasta el dinero destinado a hospitales en el tercer mundo.

Y que, sin embargo, no solo arrasa en las elecciones, si no que, encima, engendra a un clon retorcido y malvado que amenaza los derechos de millones de ciudadanos y a la propia esencia de la democracia.

Porque para le derecha nunca es suficiente.

No es suficiente con que el 99% de los medios bailen a su son, quieren el 100%.

No es suficiente ganar las elecciones, quieren que la gente no pueda vator a los partidos que a ellos no les gusten.

No es suficiente que el emérito campechano emigre sin que rinda cuentas, quieren que todos le rindamos pleitesía.

No es suficiente con meter la religión en la escuela, nos la quieren meter por el gaznate.

No es suficiente con humillar a los que no piensan como ellos, quieren que dejemos de ser visibles, que dejemos de existir.

Fusilar a 28 millones.

Con eso es con lo único que tendrían suficiente.