La "farsa" de las primarias de Podemos a las elecciones europeas

Si algo hemos oído entre las críticas a Sumar por parte de la izquierda, llamémosle, "alternativa", o esa izquierda que se encuentra ideológicamente a la izquierda del PSOE (algo, por cierto, no muy difícil), es que la formación de Yolanda Díaz no ha dado oportunidad democrática a los militantes de las distintas fuerzas de la coalición para elegir a sus representantes de forma abierta, es decir, en un orden elegido por la propia militancia. Los más vocales en este asunto fueron los simpatizantes y miembros del partido morado, que exigieron hasta el último momento antes de las elecciones generales un sistema de primarias con listas abiertas, es decir, donde los inscritos pudieran escoger tanto al cabeza de lista como el orden de acceso por sufragio pasivo, elaborando una especie de ranking. Sin duda, uno de los sistemas más democráticos que existen, incluso dentro de la democracia interna de partido.

Resulta curioso ver a los simpatizantes de Podemos estos días sacar pecho por el hecho de que, para las elecciones europeas, el grupo de Ione Belarra haya organizado unas primarias para decidir, dentro del partido, quiénes serán los representantes que puedan acceder a un escaño en el Parlamento Europeo. Pero lo cierto es que estas primarias son una especie de pantomima, un truco de magia con una baraja marcada realizado por un mago novato que se escuda en la presunta ignorancia del espectador para dar validez a su triquiñuela.

Para empezar, y contradiciendo lo tan solicitado y cacareado por la formación morada, las votaciones a las primarias de Podemos presentan un sistema de listas mixto: una lista cerrada, inamovible, con Irene Montero a la cabeza y el resto de aspirantes en un cuerpo de lista preestablecido, y una lista abierta con el resto de opciones, con ocho aspirantes a cabeza de lista y el resto en orden de libre elección del votante.

La lista abierta, también llamada Lista Blanca, aglutina los proyectos al margen del de Montero ("Ahora más que nunca"), como "Regeneración Podemos" de Michael Hernández Arconada, y los de aquellos que se presentan a título individual.

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Este procedimiento de elección no es equilibrado, y mina las opciones de los integrantes de la Lista Blanca a ser cabeza de lista, mientras que allana la elección a Irene Montero, pues en la práctica, Montero sólo tiene un competidor teórico mientras que los ocho aspirantes a cabeza de lista tiene ocho competidores teóricos (incluyendo a Montero).

Por otra parte, los aspirantes al cuerpo de lista de la Lista Blanca son 30 (incluyendo a los que se presentan también como posibles cabezas de lista), mientras que los aspirantes de "Ahora más que nunca" son ¡48!. 48 aspirantes en un cuerpo de lista inamovible, en el que los primeros puestos están ocupados por parte del núcleo duro de Podemos, con coordinadores, secretarios y ex-diputados. 48 aspirantes, cuando en las pasadas elecciones europeas obtuvieron 6 eurodiputados, contando con el de Izquierda Unida (Manu Pineda) y el de Anticapitalistas (Miguel Urbán), dos partidos con los que no confluirán en las siguientes elecciones (tres si contamos a En Comú). Una lista plausiblemente diseñada para que Irene Montero no tenga ningún tipo de competencia potente.

Como curiosidad, la Lista Blanca cuenta con candidatos de dudoso reconocimiento. Por ejemplo, tenemos a José Manuel Martín Álvarez (permítanme que use tildes), del que no se conoce absolutamente nada, y cuya elección de foto es, cuanto menos, cuestionable.

O a Maudili Prieto i Posada, cuya biografía no concuerda demasiado con lo que uno puede encontrar usando un buscador, y que al parecer es más conocido por llamar "puta" a la chica violada en los Sanfermines por la "manada", amén de otros comentarios de troglodita machista, que por su militancia en Podemos.

Para terminar, es destacable el silencio que existe sobre las alternativas a Irene Montero. Es tremendamente difícil encontrar información, y ni siquiera Canal Red, el medio llamémosle afín a Podemos, ha dicho o escrito una sola frase sobre los candidatos en estas primarias que no sean de la lista de Irene Montero.

En definitiva, estas primarias tienen aspecto de ser un paripé de cara a la galería, con todas las intenciones puestas en garantizarle un cargo de cierta relevancia a Irene Montero por parte del partido, que de ser un ejercicio democrático en el que darle el poder de elección a la militancia. Y creo que ningún simpatizante de Podemos debería sacar pecho por ello o utilizarlo contra sus rivales políticos, a menos de que se trate a la gente por idiotas.